domingo, 14 de diciembre de 2008

Fabricación de una HOMBRERA (2)

¡AVE!

Hemos vuelto a “encender” nuestra fragua para continuar con la fabricación de la hombrera del Retiario.

Durante el proceso de “Hundimiento”, el martillo nos ha dejado muchas marcas en la chapa que debemos eliminar. Para ello, hemos fabricado un soporte para nuestra bola metálica.


Ahora fijaremos el soporte a la mesa con unos “sargentos” para evitar que se mueva al golpear.


Cuando tengamos el soporte bien fijado, empezaremos a “aplanar” la chapa de la zona del hombro, con la ayuda de un partillo plano de gran peso.


Hay que golpear la chapa mediante muchos golpes cortos, ya que lo que pretendemos es dejar la chapa lo mas plana posible, y no crear nuevas marcas con el martillo.

Después aplanar esa zona, las partes planas del resto de la hombrera se han retorcido, por lo que tenemos que enderezar dichas partes antes de que el problema vaya a mas.

Para ello fijaremos la hombrera a la mesa con la ayuda de los sargentos y un listón de madera.


Con el martillo golpearemos sobre un trozo de madera, que evitará que se “Clave” en el listón. Golpearemos primero con mas intensidad allí donde veamos mas curvatura, y después daremos golpes mas cortos por toda la longitud del listón para igualarlo.


Ahora utilizaremos el cilindro metálico que utilizamos en la fabricación de la Manicae para aplanar el resto de la zona interior de la hombrera.


Después de muchos golpes cortos conseguimos aplanar la chapa y dejar la hombrera con este aspecto.


Ahora hay que curvar a la parte superior hacia el exterior del hombro. Esto es necesario, ya que cuando se use la hombrera, si no tiene dicha curva, nos golpeará en la cabeza, al levantar el brazo.

Para ello la fijaremos al borde de la mesa con la ayuda de los sargentos y el listón, por la parte superior.


Empujaremos con nuestras manos con cuidado hacia abajo


Repetiremos esta operación varias veces a diferentes distancias hasta lograr la curvatura deseada. Y consiguiéremos este resultado.


Por ultimo, nos hemos dado cuenta que las esquinas de la hombrera pueden resultar incomodas y peligrosas, por lo que hemos optado por redondearlas con la radial y el disco de devastar.


Por hoy ya hemos acabado, “apagamos” la fragua hasta otro día.